viernes, 30 de diciembre de 2016

Extralímites


como el claqueteo de las hojas del patio
tañe tu voz en esta moralidad caduca
se enreda en los dedos la telaraña sentimental

esgrimo un ápice del aroma que corteja
e imanta tu todo alojándolo en ensueños
dueños sin pertenencias entre peces índigos navegando el aire

sentires esmerilados y yo tomando puñado a puñado
esa indecisión que flexiona tus tobillos
dejándote estupefacta ante el acceso a mi pecho

anchura en los ciclos que no abarcamos
en los tiempos yuxtapuestos para la voracidad de la incertidumbre
y para estas huellas que permanecerán
hasta la extinción humana

incesante

clareaba sobre la panza del horizonte
cuando depositó la chatarra en el pastito
rociado por el sudor de la oscuridad

lavó pies y manos en la boca de un tajamar ciego
por el sol que anunció otro inicio
era la mañana sobre su carro tirado a sangre pura

tenía en la boca un grillo asustado        remolón
que pedía tregua al cansancio            deseaba que cese el seso
de buscarle la vuelta a la jornada o a la existencia
en definitiva

el arroyo le rompió el perfil                 armonioso
le sobó la paciencia iracunda

por momento el hartazgo le vencía las rodillas
a punto de quebrarse como el surco de la aguada
su iris tomaba con fuerza a la pupila que se desparramó
queriendo sujetar el llanto

delante suyo había una corriente que le enseñó a seguir
un impulso irrefrenable aglomerado en el techo de su cuerpo

ciervos saltando la madrugada            brotes primaverales
en el parietal gastado por el índice
que no cesaba de apuntar

domingo, 25 de diciembre de 2016

rebusques

acostumbrado a cortar con cuchillo bueno
Pedro el juntalatas cortó el azar
emborrachó la sangre de sus antepasados
trajo cobijas para el futuro           no quería enfermar los pasos
porque así empiezan a envenenarse los sueños
y ya nunca se tiene cordura
y la frustración grita gloriosa

Pedro de tanta alpargata gastada y días por la mitad
vistió su vida de palabras pobres     pero grandes
como el hambre de sus hijos
sangró misterios     mentiras piadosas para alimentarlos
robó flores recién vendidas del cementerio
y las vendió otra vez
pidió carretilla para echarle tierra a la incertidumbre
que lo mordía            debajo del cabello       detrás de la camisa

no había tiempo           para el apetito henchido de los suyos
ni para la cólera o los espasmos       de sus propias necesidades
estaba convencido de ellos       de sus besos y caricias
de las manos pequeñas pidiendo leche tibia
al ordeñe del rayo de las primeras horas

Pedro tuvo un padre también
que le enorgulleció la pobreza también
la sencillez de poder despertar con el pecho calmo
y enriquecerse el ego con el primer sol
con el desafío de querer convertir sus manos en pan fresco
próspero y postrero para cada uno de sus días

nadie nunca le abrió una puerta     él tuvo que abrirlas
atemorizado como niño solo en su primera vez
tuvo que derribarlas también
aunque esto le costara           un ojo de la cara o dos quizás
pero siguió a tranco largo    como quien rompe la luz para cegar la noche

encendió candiles y se los apagaron
y leyó la hora una vez y enloquecieron las agujas
como la cola de una tijereta
pero él no paró       el arrollo del mal
ni el arroyo escandaloso que lindaba su rancho
ni el arrobo de los chanchos que le sometieron

Pedro optó siempre por el arrullo de sus crianzas
por llenarles las panzas y elegir desesperado
entre lo bueno y lo malo

sábado, 24 de diciembre de 2016

serán

escribir entre el ruido      el disturbio
en turbios tiempos impenetrables
como la otra selva

osamentas vivientes con vientres
deshilachados de tanto abundar

el linyera que bendijo a la vieja
a la chapa        a la heladera    que le sostuvo el hambre en la mano
como escupiéndola para trabajar

que el tiempo duerma por siempre
en el pecho lascivo
que del cuerpo tibio desvencijado sobre los adoquines
azules como el éter salgan
la perfumada melancolía              el deseo           la ira            
el timbre metálico de los sentidos

todo pasará      la noche buena      la noche mala
los perros asustados

serán el silencio        las arterias vacías
el músculo caduco       el pelo ralo

quienes no puedan limar
el óxido de los recuerdos


domingo, 18 de diciembre de 2016

la boca de lo innecesario

en tantos caminantes de pies descalzos
duerme la mirada estéril
la boca de lo innecesario que pregunta vacíos
endechas
sogas que toman del cuello
materialistas en lista blanca
para robotizar sus cráneos

guardar en la caja roja del pecho
lo inherente a la belleza es apresar
los sueños jamás pensados
las aristas de lo que se precisa
para cambiar el mundo
rumbos inocentes que seguir
hacia el lugar que nadie comprende

miércoles, 14 de diciembre de 2016

imaginerías

camino
y cada persona lleva tu rostro
las baldosas son pétalos que asoman de tu piel

y se rompe el aire con tu voz

un aliento de aromo penetra mi inocencia
y la reduce

no llego
a los pesares de la realidad
ni deambula en mi el dolor

solo la prisa            que aligera los pies
para estallar ante tus días

Pillahuincó

la mano sabia de un ciego
en la grieta de tu garganta
como un cactus          se asoma al centro de mi luz

voz acéfala que sostiene mariposas
al final de estos brazos
alojando la tibieza de tu sangre
ese cálido derrame frente al ceño estupefacto

caricias emancipando       labios contra labios
almas coronadas de mburucuyá
delicias de la infancia

florecen las veredas desandadas
en esta travesía de metatarsos silenciosos
acumulando infinitos

mi rostro tembloroso en el espejo
que atraviesa las achiras
desde de esos tiempos en que la vida
no estaba fraccionada
ni mi dedos se hundían en la espesura de los años

mientras las palabras retornan
a estos días equidistantes
la incertidumbre juega a darme la mano
como un niño
                 que sostiene su inocencia

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...