martes, 29 de noviembre de 2016

hoy

lo incierto me carcomió los labios
agigantó la muerte

es como ir dando tropiezos con la cabeza

la pesa
que cuelga del ceño concluyó mis párpados

tal vez el recuerdo endulce
el paladar gastado de decir amor

qué piedra habrá encarnado en el estómago
para habitarme
                  hasta la eclosión de mi tiempo

escalaría mis músculos desvencijados
para apretarle el cuello a la injusticia
a los días de escalofríos

hoy
señalo la frente de este día
dejo colgado aquí
                        mi traje de amar

sábado, 26 de noviembre de 2016

caminante

el smoke pegado en los dientes
la sangre renegrida de intentar

omegas    triángulos     recuadros
nada tiene forma de felicidad

excepto lo vivo
el sobrante está muerto

juntar chapitas cree convencer a la ignorancia
que uno es ignorante

patas     platos       filos contra filos
espejos
cóncavos    convexos     nexos      sexos
besos

nada me olvida            todo me absorbe
como un torbellino de sabiduría
me hace pensar en síes y nones
esas estructuras de los días ortodoxos
que incitan a que permanezca
a sobrellevar el peso de mi bolsa
                                               encallada en la clavícula
y en la tuya
aunque tu bolsa sea más bella igual pesa

los escombros en los que tropiezo
son restos de lo que fue
pero también parte de lo que vendrá
como este calor intenso que hoy odiás
y en invierno rogás que vuelva

no precipitaré mis sueños
ni me suicidaré el silencio  

viernes, 4 de noviembre de 2016

por Dios cero

revolvemos la basura        en esta vida
atada con alambre

y de la huerta   el huerto   o el orto
de los que alimentan la necesidad
sacamos verduras      frutas       flores de aspiración

para los que meten la espiga detrás del santo

aladas huyen las almas
de los que somos por Dios ceros
de cada uno de los que sonambuleamos
presente y futuro

herejes de la escasez      revolvemos contenedores
sin tenedores nos alimentamos de lo poco

jadeantes perros de exposición
ante quienes queremos simular o emular

pernoctar en la comodidad es triste
si la lluvia moja el lomo del sacrificado

a caja y caja se alimenta el aliento
desalentador     como la lengua del las víboras
áspera y puntiaguda       venenosa

colofones espesos donde nadar a esta altura o bajeza
a la que nos arrojamos como avaros al billete

a esta hora
en que todo deja de ser

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...