miércoles, 24 de agosto de 2016

el loco Barbera

con el rostro empapado en aceite
murmura los días
como sacándole algunos granitos a la jornada

estudiante prestigioso  
un botellazo le bañó la cordura

su bolsa al hombro y tanto olor a hormiga aplastada
sentadera húmeda de huellas sin hogar

no acaban de salir     esas astillas
en un corazón sin vestigios de sangre
amarillo cual los inicios de la ceguera

blasfemia indirecta    de cuerpo no de alma
es que hay energúmenos habitando su inconsciente
detrás de su ceño oscuro

donde las ideas se desvanecen
se aloja el pasado
transformado en olvido

linyera

como una luz que te rompe la cara
husmea en la basura        persuadido por aromas que ya no son
con las manos enguantadas de mugre
revuelve el futuro?

no hay pasos nuevos en sus pies
ni esperanza de llenar la barriga
una vez más

el cielo está espeso aguardando
con un refugio y una piedra caliente
que lo dormirá al fin

por eso para qué pensar en el próximo mes
si mañana está tan lejos
si hay esferas coloridas en su mente
que alguna vez fue

para qué
volver a la apariencia antigua de su rostro
si el porvenir
está lleno de estrellas

viernes, 19 de agosto de 2016

Mari

Mari la melancólica      comía sobras
de donde el sol escupía gritos y la lluvia
secaba algunas tardes

emulando palabras con timbre metálico
como si la boca le hubiese nacido
solo para frases importantes

Mari orinaba los portales de cuatro esquinas
bendiciendo el territorio que la albergaba
célebre y errante o certera
en las acciones que la vida exige

criaba perros a los que hubiese querido amamantar
de pura madre sin hijos de puro hembra nomas

cara de silencio    sonrisa compradora
le quedó chico el mundo
ante las miradas estériles     casi neutras de los sonámbulos
que la apedrearon con ignorancia

ansias
le sobraban de ser feliz
medios
le faltaban para quemar etapas
como brasitas que calientan el cuerpo áspero
de sembrar bondad

la calmaron almas buenas    debés en cuando
y en cuanto pudieron rajaron

se durmió imitando estrellas
palpitando a corazón partido
con el brillo de quien aguarda el porvenir

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...