viernes, 16 de marzo de 2012

Dos


meciéndose
en el suspiro más delgado del silencio

ilimitada desnudez

el reflejo en la pupila

la saliva más espesa de todas
                                           engorda la sangre

está ahí
en piel

el ambiente a solo poro

su mano dá un zarpazo
se manifiesta el aliento infinito

segregaciones arcoiris invaden su talla

los ojos encarcelan la mirada
boca prohibida
tentación al filo de la carne

manos al centro de su ser
minuto precoz
punto cero antes de la invasión

un riego hacia la flor de la higuera
                                                  
maduran un fruto para mañana

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...