jueves, 25 de agosto de 2011

Palabras fecundas ( Versión III)




las pieles novatas bisbisean

mientras cumbres con picos rosados
se erizan ante el aliento invisible

donde mi vida se refugia
                                  tibia y vana

la pluma inerte besa melancólica
                                              la humedad del estero

se enreda la fricción a mi pecho de jamelgo

reparo la inocencia en cárcel de exabruptos

un gemido de ramas
contiguo al grito jadeante de la noche

y el glande de la vida
tácito
hundido
         en el núcleo abrasador de la tierra

insiste

insiste

insiste

en la hendidura pueril de la Pacha

hasta que se produzca temblor
                                           de hielo en la dermis cansina

una ráfaga de semillas

luego

el rumor

la soledad

la nada

tengo silencios en la mano

miércoles, 17 de agosto de 2011

Palabras fecundas ( Versión II)



las pieles novatas bisbisean
                                  
mientras cumbres con picos rosados
                                                    se erizan ante el aliento invisible

donde mi vida se refugia
                                  tibia y vana
donde la pluma inerte besa melancólica
                                                        a la humedad del estero

se enreda la fricción en mi pecho de jamelgo

reparo la inocencia en la cárcel de los exabruptos

un gemido de ramas
contiguo al grito jadeante de la noche

y el glande de la vida
tácito
hundido
        en el núcleo abrasador de la tierra

insiste

insiste

insiste

en la hendidura pueril de la Pacha

hasta que se produce el temblor
con hilos de hielo en la dermis cansina

una ráfaga de semillas

luego
el rumor
la soledad
la nada

tengo silencios en la mano

martes, 16 de agosto de 2011

Palabras fecundas


rueda la esfera del bolígrafo
en trigales maduros

otorga palabras fecundas y despoja amantes pasados

las pieles novatas bisbisean
                                     en el oído de mi atención
mientras cumbres con picos rosados
                                                    se erizan ante el aliento del invisible

los sedimentos se depositan
                                       en la hendidura pueril de la Pacha

donde mi vida se refugia
                                  tibia y vana
donde la pluma inerte besa melancólica
                                                        a la humedad, al estero

se enreda la fricción en mi pecho de jamelgo

reparo la inocencia en la cárcel de los exabruptos
con un gemido de ramas
contiguo al grito jadeante de la noche

y el glande de la vida
tácito
hundido
        en el núcleo abrasador de la tierra

insistiendo

insistiendo

insistiendo

hasta que se produce el temblor
con hilos de hielo en la dermis cansina

una ráfaga de semillas

luego
el rumor
la soledad
la nada

tengo silencios en la mano

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...