lunes, 1 de marzo de 2010

Suposiciones Del Mañana



Cuando te conozca,
te diré que mi soledad siempre
estuvo acompañada de tu silueta
y que tu rostro no ha sido tan bello
como lo será en la realidad escueta.

Te contaré que has estado
presente siempre en tu ausencia,
que en mi mente he dibujado
tu sonrisa y tu ufana adolescencia.

Te mostraré los días de pasión
que he guardado para ti
y el sitio que te he dejado
para momentos de rebelión.

Dejaré de lado mis tiempos de cabrón
y que me juzgue el corazón
o el que nunca ha sido osado.

No podré pincelar los tintes
que ha dejado la indecencia,
aunque la dura indiferencia
se me imponga cual esfinge.

Narraré los tiempos en que el Hombre
llora balas,
dejando de lado
amores, risas y muchas palas…

Te diré que apesta el olor a modernidad
y que me invade a diario
el perfume de la humildad.

Hablaremos a menudo de mis caprichos
y de mis ansias.
De tu caudal de amores,
de nuevas dichas…
de mi ignorancia.

La Voz de Los Arrabales



Mi voz trepa sobre el cuerpo
de la avaricia
y se encarama en la cima
de lo popular.

Sigue sobreviviendo en ella
como en cada instante
de la épica tan lejanamente
vecina.

Y por momentos es un
divino pájaro vocero
de los deseos de risa
infinita.

Tal vez no llegue
a la cita del arte
de alzar la voz
y del protagonismo
quedar aparte,
como del agua el arroz.

Irónica voz
que solo a la Libertad
y a ti quiere
buscarles.

Hasta que llega
a enmudecerse,
amándote entre el ceibal
de los arrabales.

Amor y Pueblo





El día está muy frío y es verano.
¿Por qué será que esto ha cambiado?

Me falta el agua chispeante
con el que regabas
mi huerto preciado.

Tan solo tu silueta
en mi lecho
se ha dibujado.

Es solo ausencia
tu voz reclamando
en mi plaza.

La fragilidad de tu piel
de mi mano laboriosa
se ha alejado.

Pero aquí yo me quedo
y no pierdo tiempo
en llorar.
Este pueblo ya está ajado
debemos solo luchar.

Amor idolatrado,
lleno mi impulso de ti
tan solo con recordar…

Hoy Quiero a Los Pobres




Hoy quiero oír el canto
de los pobres,
quiero encandilarme
con el brillo del oro
que envuelve sus corazones.
No el llanto.

Hoy quiero ver sus rostros
rozagantes en los mapas,
no estúpidos relieves
y fronteras.
Hoy quiero enarbolar
una única y victoriosa
bandera.

Hoy quiero ver el atardecer
de la miseria
detrás de sus ojos
de suelo.

Hoy quiero oír una melodía
de gotas morfológicamente
bellas
bendiciendo estas tierras.
No el sucio rostro de las guerras.

Hoy quiero ver la labor incansable
de los que no tienen nada de más
y su cómplice sudor
que colabora en humectar el orbe
reseco y sediento de Paz.

Hoy quiero el susurro
en mi oído, de la igualdad.
Hoy quiero ahogarme
en el amanecer de la humildad.
Hoy quiero reírme hasta llorar
sudar de felicidad.
Dejar mi fusil a un lado,
tomar la azada
y
echarme a labrar.

Apología de Vida




Si miro una florecilla
me estremezco,
aunque sé que será
pisoteada en cualquier momento.

¿Cómo se puede denigrar
la sucia palabra
y más tarde echarse a matar?

¿Cómo un hombre
debe alzar los brazos
y rendirse ante su hermano?

¿Cómo se cuidan
soldados de enfermedad
y luego se bombardea
la escuela y la ciudad?

¿Cómo puedo admirar
la belleza de un prado,
si sé que alguien puede
despedazarse a mi lado?

¿Por qué no bañarnos
en cantos, perfumarnos de letras
y terribles besos de los
más bajos?

¿Cómo morir sin agonizar?
¿Cómo hacer del negro
un color bello,
en vez de un sinónimo
de exterminar?

¿Qué fragilidad?
Como si la razón no pudiera
pensar en amar.

LLénome el alma
de ti y comienzo
la vida a anunciar.

La Solemnidad de Los Atardeceres






Los otoñales atardeceres con
indistantes horizontes, con
acolchadas hojas, con
trinos adolescentes y
pasos extraviados
en el ambiente
de su verde
y seco
vientre.

Los invernales atardeceres con
sus gotas de brillantes, con
sus hierbas crocantes, con
perfumes ancestrales y
trabajo a destajo en
su memoria de
senil espectro
que surge
desde
abajo.

Los primaverales atardeceres con
brisas penetrantes de pasión, con
sabores que refrescan la razón, con
majestuoso y dorado Febo y
nutrientes de humanidad en
su cuerpo de
incierta
edad.

Los veraniegos atardeceres con líricos
cánticos de verdes anfibios, con
trasnochadores grillos, con
colores casi inexistentes y
sacrificios de pobres,
no de ricos en sus
inmaculados
ojos casi
juveniles
y
joviales.

Yo no sé… ¿ Cómo será el atardecer de hoy?
¿Cómo los futuros atardeceres que quizá
nunca pueda ver? Como las
escamadas aguas del mar,
que sabemos cómo son
pero no lo que su
intimidad y su
momento
encierran.

Sólo podemos proyectarnos en felicidad
y así asegurarnos atardeceres
colmados de naturaleza, de
amor, de justa bondad
en nuestros infantiles
corazones que
reclaman
solo…
amar.

¿Hombres?


al Hombre

Una mancha de petróleo
en el inmenso mar
parece ínfima,
pero lentamente lo va a tomar.

No sienten recelo
uno del otro,
mas el hombre
los ha de enfrentar.

Ninguno de los dos es malo,
son diferentes nada más;
el humano ¨pensante¨
solo los quiere aprovechar.

No se da cuenta
que sólo en ambos
se ha de ahogar;
de la forma más ¨impensante¨.

Quizás si hubiese sabido
lo que iba a pasar,
pobre HOMO SAPIENS
ni siquiera hubiese
comenzado a pensar.

Historias de Amor



Pasea burda la dignidad
con su casaca blanca, impecable
y a cada paso aparece la maldad,
escupiendo de su veneno,
tratando de manchársela,
implacable.

Pero ella despide feliz al atardecer
que marcha a buscar el mañana
que está por nacer.
Cela inocente a su hermana, la luna
que está al caer.

La pupila gigante, fija en su paso,
con zapato gastado
bendice cada parnaso,
que abriéndole camino
va quedando a un costado.

Osa Mayor y Casiopea
a su merced,
en una mano el acervo
en la otra mano una red.

Cazando al vuelo malignos
y un séquito a sus pies.
Exterminando indignos,
sumando bondades a su vez.

Se enfrenta cara a cara
al futuro que le regala una flor
y sin mediar palabra
se cubren tan solo de amor.

Sabiduría, Fuerza y Amor.



a Manuel y Serena

Has conocido el verde césped,
has sabido de casas elegantes,
y de los buenos modales
con gente distinguida y respetuosa
que no conoce la sed.

Has conocido el duro pasto,
has sabido de la seca tierra
y de los buenos y sencillos modales,
con gente común y respetuosa
que conoce la sed.

Has sabido saciar mi sed
de padre mendigo,
has unido mi piel seca y crujiente
al cordón de tu ombligo.

Has logrado ser sabio apenas nacido
y sabes estar a la altura
de gente distinguida,
con buenos modales,
como con gente común
y respetuosa sin olvido.

Has sabido de la rabia
que el vientre de tu madre
provoca en ti.
Una rabia llena de amor,
dulzura, ternura y vida
que provocas en mi.

Y tu! Desde allí dentro
inquieta, bella y curiosa,
provocas en mi indiferencia
hacia una flor o una mariposa.

Aún no he visto tu rostro
y sé que serías la musa
de cualquier parnaso
sin inspiración, hecho pedazos.

Ustedes son mi energía,
mi sangre, mi voz,
el agua que me hidrata,
el sol que me entíbiese
y mi piel que crujía.

Estallará un Día.



¿Por qué la belleza
dura tan solo un instante?
¿Por qué no nos deja
disfrutar de ella
de manera constante?

La vida no tiene suerte
porque su fin es el de siempre,
todos los casos de vida
terminan en muerte.

El dolor es el protagonista,
siempre vence a todos.
A veces, pienso que la vida
es otra estúpida película yanqui
heroica, vedettista y conformista.

La vida con su hermoso nombre
nos seduce, nos muestra flashes
de felicidad, alegría y amor;
y en el momento
en que los vamos a tomar
nos los quita sin rubor.

Pero un día vendrá el amor
con su fusil cargado
con gigantes balas de sudor
de humildad y de bondad.

De risas de niños,
de besos de mujeres,
de brazos de obreros,
de lápices de poetas
y de campesinos sus sombreros.

De colores, de flores, de dulces olores,
de canciones, de estrofas perdidas,
de calor
y una carga completa
de hacer el amor.

Entre todos lo levantaremos
apuntaremos hacia el objeto
y jalaremos el gatillo
hasta su corazón, directo.

Estallará de amores
Y de colores;
de verde árbol, de amarillo luna,
de azul mar, de Violeta autora,
de rojo izquierdo
y de rosado piel de hombre.

Entonces, será suficiente para la vida
y deberá cambiar su nombre.

Sensación Térmica




De un tiempo a esta parte
el invierno de todo se apoderó,
al tibio y florido verano
de a poco lo absorbió.

Humedeció la tierra
heló sin piedad los vegetales,
cubrió de nieve los campos y montañas
y dejó sin efecto toda yerra.

Hasta aquí una emoción,
aunque no nos dimos cuenta
que al hombre también alteró,
mas no fue externa la sensación.

Tomó su piel, su carne, sus huesos
y lo que es aún peor
cambió de color su corazón;
lo vistió de blanco hielo
matando el rojo amor.

Cuentan que se encuentra al norte,
que un viento frío y huracanado
nuestra América latina quiere invadir
y que alguno con festejos
lo quiere recibir.

Pero no permitiremos la intromisión
lo detendremos con verano de ciudad,
calor de cemento y cal,
con primavera de verdes prados
y con nuestra fuerte y digna
selva tropical.

El Triunfo Del Amor Sobre la Tierra.




Ayer, una suave cortina de lluvia,
delgada y dulce,
sobre esta tierra sedienta;
gentilmente y piadosa, se posó.

Los verdes resaltaron
el pedregullo su color cambió,
el duro cemento, hirviente,
casi vencido, se refrescó.

Infantiles gotas
junto a otras adolescentes,
como kamikaze sin botas,
sobre los techos explotaron.

Eran tan pequeñas
que el césped
en sus brazos las mecía
y la tierra abría bocas
donde ellas se perdían.

Fue tan ínfimo el instante
y tan grande el sudor;
un perfume inexplicable,
invasor, altivo y elegante
de todo se apoderó.

Pensé por un momento
que sobre la tierra,
al fin,
había triunfado el amor.

Parto Nuevamente




Vuelvo con las cicatrices
de andar caminos,
volando tambaleante
como un pájaro herido.

Llorando amigos
lugares y momentos
que en mi vagar
he perdido.

Adosado el peso
de bártulos convalecientes,
ajados y mordidos.

Apresurado al encuentro
con mis pichones
que hace días
a los ojos no miro.

Con el ojo largo
y la incertidumbre
colgando de mis hombros,
descifrando cuál de todos
estos nuevos caminos sigo.

Vida, Primavera y Niñez



De repente, sentado en su cama,
vio la vida reflejada
a través de su ventana.

Supo la alegría de la luz,
mientras músicas de niños
provenían de un laúd.

Supo también, que en su ventana
la oscuridad cubría más,
pero, su amor optimista,
le aseguró que no tanto,
como la de su cuarto
donde esgrimía la paz.

Trató de hallar un nictógrafo,
llamó a Arturo*,
aunque prefirió que su corazón maduro
guiara su desconcertado bolígrafo.

Por un instante, su sonrisa regresó
al descubrir partículas brillantes
que danzaban
en los brazos del sol.

La algarabía de sus hijos
su cuerpo puso a temblar,
porque la Primavera
había llegado,
no había querido esperar.



* Arturo Carrera ( Poeta), autor de "Escrito con un nictógrafo"

Amor y Trinchera ( Carta de Amor)

…y es la impostora traición la que me aleja de aquí, la que como imperante daga acecha sobre los pueblos, inocentes como humedad infantil. Pero no creas que al partir mi corazón conmigo irá, donde tu corazón cante triunfos y derrotas el mío abrazado a él estará.
Debes saber, también, que el amor no ha terminado, si no que se ha intensificado y es por ello que desangrándose en mi puerta está el deber.
La tierra está pareja y labrada para todos, no para unos pocos, y es allí donde se debe sembrar, para cosechar florecillas de un nuevo amar.
Hasta donde tu visión alcance, hasta allí llegaré yo, te abrigará mi aroma y los niños te contendrán, mi perro será tu amigo, mis letras te adorarán.
Pero si me retraso, no te preocupes que ya llegaré, tal vez sucio de trinchera, aunque con el alma bañada de claridad, para que cantemos odas a la verdad, puritanas epístolas de dignidad.
La silenciada ave retomará su independiente canto, el Poeta resurgirá en su pluma, las armas en museos morirán.
Mas no llores ahora, guarda esas lágrimas hasta mi regreso, las mismas que bendecirán la emoción cuando recupere tu beso.
Volveré perfumado en vida para abrazar tu desnudes feliz, a sembrar el porvenir que un día habrás de parir.
Y si he de morir allí la tierra me envolverá en alas que por fin libre me harán sentir.

Vamos Juntos




Este vehículo en qué viajo
nos lleva a la dignidad,
pues, todos los qué aquí vamos,
debemos ir a trabajar.

Viajan pobres y más pobres
con olor a humanidad.
No son grandes solamente los qué van,
Pues los niños también deben
estudiar.

Va el obrero, va el docente,
el estudiante, el triste,
el rozagante, el delirante,
todos van.

Vamos juntos hacia
un nuevo nacimiento.

Vamos juntos qué ya llega
el porvenir…
y hay qué empezar.

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...