jueves, 24 de septiembre de 2009

Mujeres latinas



Una mujer del Norte
se inquieta a mi paso;
con rostro expresivo,
sonrisa infinita y
dos flores inquietas
qué gritan amor.

Una mujer de Centroamérica
acaricia dulcemente mis letras,
con mar en sus venas,
semillas intactas y
un lápiz con balas
qué sueña la Paz.

Una mujer del Sur
agita mi insurrección,
con manos de libro
pronto a leer,
corazón infalible
y tres estrellas
a flor de piel.

Mujeres latinas
qué hacen revolución y
sueñan a cada instante,
su triunfo y su amor.

Manos


Mis manos sudadas
de sangre,
como bella tinta,
al Abecedario quieren
explotar.

Mis manos, qué
han sido el trabajo,
hoy parecen finas,
pero las huellas
están.

Mis mano hoy quieren
crear,
flores silvestres
perfumadas de soledad.

Mis manos sedientas
de senos,
intactas y ansiosas
por brindar amor.

Mis manos, fusiles
cargados,
sobre la injusticia
quieren disparar.

Mis manos, herramientas
de precisión,
reparan pasado,
construyen el hoy
y sueñan despiertas
un gran corazón.

Mis manos, esculpen
papel,
y gritan al Mundo:
¡Levantémonos qué
el día más bello
está por venir!

jueves, 17 de septiembre de 2009

Amor en obra

La maza y el cincel
cantan con timbre metálico.
La mano herida
sangra un corazón.
.
Solo con sudor piensa
en el mañana,
el hoy se está
transformando
ya en el ayer.
.
El polvo irrita el ojo
y empasta su boca
jadeante de labor.
.
El futuro está en su mente
con sonrisas y niñez,
por sus hijos se desgarra
y si hay qué dejar la vida
lo hará también.
.
A la hora del descanso
lo aguarda un mate
aliviador,
mientras tanto va
pensando en las
caricias de su amor.
.
El regreso al hogar
al fin llegó,
los hijos felices,
entre besos y abrazos
lo recibirán.
.
El descanso deberá esperar
llegó la hora de jugar.
Arde el tajo en la mano,
quema el pecho
en dulce flama.
.
La obra lo espera
y lo ama.

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sábado, 12 de septiembre de 2009

La Escuela



Tus pasillos, archivo de ecos
y niñez inconmensurable.
Confidentes de primeros beso
prohibidos e inocentes.
.
Nido tibio, donde
el dueño es el saber.
Cimiento de la vida,
amanecer de la razón.
.
Retoño perfumado
de tinta, de papel,
de lápices de colores,
de inclemencias
del crecer.
.
Defensora de la ignorancia,
protectora del sin paz.
Herramienta mayor
de cada pueblo
de la faz.
.
Tus maestros te acarician,
los poderosos te odiarán.
Tus hijos timoratos
junto a ti siempre
estarán.
.
Los qué han sido,
los qué son,
los qué serán.

Último tren

( A los miles de desocupados qué dejó el ferrocarril)
.
Qué difícil qué es dormir
en esta cueva.
Qué arrugada está
mi cama de cartón.
.
Yo qué he sido
un hombre de trabajo,
de valor.
Hoy no tengo ni un harapo
pa’ abrigar mi desazón.
.
Ni mis manos son las fuertes
qué movieron un vagón.
Brutas herramientas
sostuvieron pa’ arreglar
aquel motor.
.
Mis oídos ya no son,
de tanta locomotora,
habrán huido por temor.
.
Hoy del hambre
me he hecho amigo.
Del tiempo no tengo
ya noción.
.
El ferrocarril
era mi vida,
no sé porque
me abandonó.
.
Hoy he vuelto aquí
a la vía,
sobre ella me he
de echar,
hasta qué mi último
tren, por fin,
me venga a abrazar.

Instrucciones de vuelo

Para volar, no es necesario
tener alas.
Solo basta con nutrirse
la razón.
.
Para volar, no es necesario
tener sueños.
Solo basta con un
noble corazón.
.
Para volar, no es necesario
ser humano.
Solo basta con un niño
de la mano.
.
Para volar, no es necesario
mil palabras.
Solo basta qué sea grande
lo expresado.
.
Para volar, no es necesario
el sacrificio.
Solo basta con hacer un
buen trabajo.
.
Para volar, no se precisa
ir muy alto.
Quizás el aterrizaje
sea más caro.
Solo basta con un salto.
.
Para volar, no es necesario
mucho aleteo.
Solo basta con planear,
alargar la vista,
emocionarse
y saber llorar.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Vamos juntos



Este vehículo en qué viajo
nos lleva a la dignidad,
pues, todos los qué aquí vamos,
debemos ir a trabajar.

Viajan pobres y más pobres
con olor a humanidad.
No son grandes solamente los qué van,
pues los niños también deben
estudiar.

Va el obrero, va el docente,
el estudiante, el triste,
el rozagante, el delirante,
todos van.

Vamos juntos hacia
un nuevo nacimiento.

Vamos juntos qué ya llega
el porvenir…
y hay qué empezar.

Viejo enamorado


Con mi visión de denso aguacero,
mis ojos de saeta
se han clavado en ti,
niña,
blanco de los pecados,
razón de acero.

Piel morena, rosa de arena
volcánica negra.
Pies desnudos inocentes,
cabello halado por el
viento.

Mi cutis de meseta
ha sido llano.
Mis manos de pradera
hoy son cordón serrano.

Mi barba de ceniza
encubre mi pasado.

Soy un viejo,
ruina del indio,
buey de un añejo arado.
Necedad de un tiempo
ya olvidado.

Corazón, colibrí
de alas ajadas hacia ti,
niña,
flor aún no polinizada.

Razón mía, brioso tropel
desenfrenado.
Cuerpo mío, tronco
senil.

Niña, utopía germinada,
vuelo en alto de bandada
con destino al sol poniente.

Lobo herido desangrado
soy,
garra qué acaricia
tu silueta al resplandor.

Soy un viejo…
enamorado muero,
Aquí.
Hoy.

Poeta huracanado



En medio de un huracán
me encuentro,
arrasa con todo a su paso,
al momento.

Me tomo de donde puedo,
de un auto,
de un poste,
de una pala,
de mi propio cerebro.

Trato de tomarme
de la luna,
pero,
hay muchos ya colgados.

Todos buscan
el sol,
aunque muy pocos
quedan abrazados.
La noche tiene ya sus dueñas,
sus amadas.

Mi cabello está
ya lejos;
esquivo objetos qué se lanzan
hacia mi.

Tomo al pasar
una mujer prohibida,
la beso de manera inconveniente,
la suelto,
pero quiere volver aquí.

El huracán es más intenso,
frunce su seño
ante mi
y
respondo con indiferencia.

Veo una pluma dorada,
me acerco como puedo,
logro tomarla.
Más lejos, un papel,
virgen de palabras,
pide auxilio.

Trato de plasmar una poesía,
la letra es casi ilegible.
Mis pies no me sustentan.
La suelto y su silbido
me ensordece.

Un niño la aprisiona
en su pasada,
hasta qué logra descifrarla.
La suelta a la ráfaga
y se convierte
en ave cromática,
subjetiva,
liberada.

El huracán se aleja,
quedo solo,
mi cuerpo todo magullado.
Me pregunto: ¿ Qué hago aquí?
Corro rápido hasta alcanzarlo
y me envuelvo en esa
bola incontenible.

Placenteramente
sonríe mi perfil.

Los pobres y el vigía



Es inevitable el poder
de atracción, certero,
qué posee
la irremediable
pobreza.

A ella se le amarran,
como una madre,
las aguas lentas
inundadoras,
compartiendo su andar
con infinidad
de desperdicios
inocentes.

Nunca llegarán
a lo alto del barrio,
ni a la mansión
decorada e imponente .
Ni el barro ensuciará
el zapato lustrado.

A la pobreza siempre arriban
las primeras tropas,
imponentes, prepotentes.

El hambre nunca
pierde trecho,
voraz,
nutriente mayor
de la propia
desnutrición.

Por más grande
qué se tenga el corazón
la pobreza es un pecado.

Abriendo paso con
inmensos brazos,
la estrella más grande de hoy:
La discriminación.

Ella también reside,
en algunos casos,
en el barrio alto,
perfecto, con estilo y distinción.

Tal vez, sea miedo
a compartir o a repartir,
lo qué atesora
la no intromisión.

La educación
va cabizbaja
cuando el estómago
grita una elegía.

La panza repleta
logra
altos promedios.
La abundancia
logra
genios.

Dejo en claro qué hay
quién tiene y ha luchado.
Qué hay quién tiene y
no ha engañado.

Pero el pobre es siempre
mal juzgado.

La riqueza y la abundancia
más preciada
es el amor.

Sobre la pobreza
hay un vigía,
como una zorro
siempre agazapado.

Es la muerte está
encrespada.

Pero, desde ese límite
hacia el otro lado
está el barrio alto.

¡Cuidado,
ella nunca discrimina!

¡ Atención!

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...