viernes, 21 de agosto de 2009

Mutación


Curiosos caracoles inverosímiles y lentos,
parecen disfrutar al apreciar el rostro
humectante de las suaves
precipitaciones.

Se persiguen entre sí a gran velocidad,
las embarazadas gotas de esta lluvia
que de tantos días ya
son como de la
familia.

Algunas paren antes de llegar a la campiña,
otras revientan contras las vías
de un tren que nunca
acaba de
pasar.

La tierra se camufla en barro delator
del transeúnte malogrado
y de la oruga sin
descanso.

El arco iris tratando de perforar
las grises nubes con su
parabólico flechazo
coloreado.

Y el mar…Ah! el mar.
Impulsador de bravas olas que
descubren que las rocas tienen vida y que
la vida tiene rocas, inmensas, muy difíciles de mover.

La espuma
con rumores de frituras,
con un beso que no cesa de blancuras, enamorada
del musgo que se toma con pies, manos, dientes y uñas.

La rivalidad
del viento valiente como
la guerrilla, emigra a cada instante. Y los sabios
y añejos árboles guerreros de la naturaleza siempre en pie.

Los hombres …
tan…tan pequeños como
los mismos hombres con sueños grandes…
tan grandes como la misma inmensidad…

Los hombres…
los hombres…
jajajajajajaja
jajajajajajaja.

Maravilla
de la repugnancia,
de la soberbia, de la
envidia, del exterminio total.

Y yo pertenezco a esta especie.

Prefiero ser árbol, gota,
precipitación, mar,
viento, espuma,
flechazo,
musgo,
barro.

Caracol.

Si…



Si la vida logra redimir
mi fugaz y sonriente andar.
Si mi cuerpo cae y mi boca
se atora con la Madre Tierra sin paz.

Si el heroico sol clava sus rayos
en mi dermis cubierta de azahar.
Si la hierba engrosa su espesura,
alimentada de minerales,
sedienta y voraz.

Si una capa oscura y fría
ciega mis despeinadas sienes.
Si un centenar de gusanos de oro,
blanquean mis huesos.
Si sonríen de placer.

Si una rosa explota de pasión.
Si el cedro es más azul
que un sabio amanecer.
Si la fertilidad proviene de mi ser.

Si el llanto de mi amada
y mis niños es un bendito
caudal,
si humecta sin tregua
mi rostro y su sal.

Si un ave incolora picotea
mi corazón,
si en ese preciso instante
estalla de sangre,
si libera un denso vapor.

Si el viento me cubre de arena.
Si un distraído cangrejo
se encarama en mi pecho.
Si una ola gigante me traga
y mi recuerdo es ya un viejo.

Entonces,
moriré sin temor,
pues sabré que he sido devorado
por la enamorada boca
del amor.

Logros



El Hombre que ha batallado
conoce los recovecos
del camino a la
Libertad.

El Hombre que como Leonardo
ha cortado la carne de su par,
conoce el músculo,
conoce la arteria,
conoce la sangre,
conoce la vena,
adivina su
andar.

El Hombre que ha labrado la
virginidad de su suelo, conoce
la victoria del que lucha,
del que cimienta la vida,
del que va.

El Hombre que ha amado
hasta la muerte, conoce
su fruto póstumo,
tierno, inocente,
descendente.

Pero, el Hombre que no ha logrado
nada de esto es
el Futuro.

Corazón



Caballo de la Revolución
triunfante.
Pan qué alivia el hambre
de la niñez
desamparada.
Moco incesante.

Martillo qué reclama
por trabajo.
Puño en alto qué atesora
libertad.
Exequias de la propia
soledad .

Manos laboriosas
solidarias.
Insistente esperma
decidido
a procrear.
Vid mayúscula para
un vino qué nunca
ha de añejar.

Juglar colorido,
jinete de una sonrisa
inclaudicable.
Clave de Sol dorada
de un canto libertino
qué nunca ha
de callar.

Impulsador de una maraña
de ríos interminables.
Rojas estrellas de un flujo
irrefutable.

Amor ególatra
heme aquí.

Conquista



Como una epístola socavada,
sostenida por la débil manode un niño,está la vida.

Amalgamados rostros,
resignados al sacrificio.
Estupefactas almas
que ni siquiera
tras la muerte
logran volar.

Recuerdos inigualablessolo quedan por un tiempo.
Hasta ser extirpados por seres
asquerosos a raudal.

Pero aguarden, aún está
La oposición, está el sol,
está el cantar,el estudiar,
el admirar,
el trabajar.

El austero suspirar,
el respirar,
el exhalar,el expirar,el inhalar.

Está el aroma sin igual
de lo último que
nos falta conquistar:
LA PAZ.

Abuso vital



Grita una ventana
con garganta enrojecida
de ventisca.
En soledad agoniza
esta sencilla lejanía.

Humecta el rocío
la planta marchita
de mis pies
entibiecidos.

¡ Cuánta vida en la soledad
hay escondida!
Grillos, sapos, ranas,
toros reclamando
a sus amadas.

De pronto, se derrama mi visión
en un campo convertido en cielo
estampado infinitamente
de estrellas guarecidas.

Vuelvo a la razón
y descubro que las estrellas
son luciérnagas esparcidas.

Macoya una flor
inundada de sangre
en mi corazón
perfumado por doquier.

Como un sueño reclamando
una utopía,
como un imposible
reclamando realidad.

Pero es real, fue real,
lo he vivido.

Este cielo ( digo campo),
reivindicando su fertilidad,
su masculinidad,
su placer en el punto
culminante del amor.

En ese momento,
denuncio,
la vida abusó de mi.

naciendo

 hay ahí una eternidad un sendero donde me paro y mis manos son íntimas placebo de sus pieles voces de mi intelecto a quién acudo de vez en ...